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lunes, 29 de febrero de 2016

"Somos las marionetas del Capitolio"

Ya se ha demostrado repetidamente que la Educación tradicional ha dejado y deja mella en nosotros pero aún así la sociedad sigue defendiéndola. A ellos les interesa crear seres obedientes que no cuestionen las injusticias ni las desavenencias existentes con el fin de conseguir un evidente control de la situación, de la población, y una mayor producción. Somos las marionetas del Capitolio. Los padres que también defienden el rol social impuesto es por miedo al cambio, por miedo a que lo nuevo no sea mejor de lo que tenemos. Porque sus condicionamientos son mayores, sus cegueras reales.


Pero cada vez hay más proyectos de pedagogía libre -escuelas libres-, algo digno de mencionar, y lo primero que piensan muchos padres al escuchar esas palabras es que sus hijos van a estar mal criados, que no van a conseguir ser independientes ni "obedientes". Nada más lejos de la realidad.

Ante la obediencia, veo la necesidad de hacer un inciso y decir que nuestros hijos no nos deben obedecer y por lo tanto, nosotros no debemos imponer. En su lugar, SÍ que está en nuestra mano guiarles, explicarles y acompañarles en el camino de lo correcto. Son muy astutos si les dejamos ser. Poco a poco irán aprendiendo nuestras enseñanzas respetuosas y conscientes, más aún si actuamos con el ejemplo mientras dejamos aflorar su creatividad y su "yo" interior.

Por otro lado, no concibo ninguna explicación que incite al maltrato físico o psicológico. En un momento dado en el que nuestro agotamiento nos supera se nos puede escapar algo que no queríamos decir pero en ese caso debemos pedir perdón. Nuestros hijos tienen que saber que todos podemos errar y por consiguiente, rectificar. Sin embargo, el hecho de impartir y defender a ultranza una educación que incite a la sumisión de nuestros hijos, no es el camino adecuado ni el necesario para el cambio que necesita nuestra sociedad aquí y ahora. Estas prácticas no defienden los derechos de las personas, de nuestros hijos.


Las escuelas en las que aun imparten la educación retrógrada respecto a los castigos, a la "silla o rincón de pensar", a imponer todas las asignaturas, exámenes y deberes habidos y por haber, son las escuelas que no tienen una visión de futuro, una visión del cambio evolutivo en el que ya llevamos un retraso considerable.

Una vez más, la información es poder y si nos guiamos por el país que desde el año 2.000 están en el primer puesto respecto a la mejor educación e indagamos, nos daremos cuenta de que Finlandia cree y profesa la pedagogía totalmente libre, activa y respetuosa en la que las clases pasan a ser espacios de lectura, experimentación, natura, música, arte y las asignaturas pasan a ser proyectos.

Como los docentes Finlandeses predican, lo que necesitan los niños para su desarrollo es experimentar y potenciar el campo que mejor se les da y en el que más interés demuestren. Porque no a todos se nos da bien todo. E insisten sobre la importancia del contacto con la naturaleza y el juego acompañado de explicaciones coherentes y respetuosas sin castigos añadidos ya que la propia consecuencia que cae por su propio peso es más que suficiente para que aprendan la lección de las situaciones cotidianas diarias que nos vamos encontrando en todas las etapas de nuestra vida.


Por lo que el cambio también debe proceder de las Universidades y los Magisterios. Dar a conocer y estudiar una enseñanza libre y respetuosa es primordial. Urge dejar atrás los métodos conductistas tanto en las familias como en los docentes.

Otra de las incorporaciones beneficiosas a un gran cambio que cada vez se oye y se ve más es la educación Montessori proveniente de la educadora María Montessori, una emprendedora mujer que siempre defendió potenciar el propio desarrollo del niño sin imponer asignaturas, entre otras muchas cualidades visionarias con el fin de un futuro mejor para todos. Realmente el método Montessori se merece un exclusivo post dedicado a él que escribiré más adelante.

Nuestros hijos nos piden incesantemente que les ayudemos a conseguir cosas por ellos mismos respetando sus deseos y su propio ritmo de aprendizaje.

Sara Ribot.

Escritora, bloguera y mamá.

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