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jueves, 4 de febrero de 2016

Bebés y niños de Alta Demanda: Cuando la situación nos supera.

Cada persona es diferente y cada bebé es un mundo. Cada mamá y papá tiene su forma de ser y su manera de afrontar las situaciones. Cada bebé tiene su nivel de actividad, su curiosidad innata y su particular capacidad de aprendizaje. Y cada uno tenemos un punto en el que podemos alcanzar nuestro límite. Debemos reconocer ese límite e intentar solventarlo.


El término Alta Demanda se conoce para describir un determinado comportamiento en algunos bebés. Son bebés y niños que por las noches se despiertan cada poco para poder sentir el vínculo con mamá, de la que no se quiere separar, con mucha necesidad de succión. Son muy absorbentes. Demandan con urgencia, aquí y ahora... Ya. Lloran desesperados y con un alto volumen. Necesitan realizar cada pocos instantes otra actividad porque se aburren con rapidez y eso hace que les cueste mucho relajarse. Y eso nos lleva a que duerman poco y sean muy activos, resistiendo incluso a dormirse cuando se caen de sueño por seguir explorando lo que tienen a su alrededor.

Sí, son niños, y como niños necesitan explorar y ser activos para desarrollar su capacidad de aprendizaje pero los que son de Alta Demanda llegan a un extremo que nos puede frustrar aun disponiendo de ayuda familiar a la hora de cuidarlos.

Mi hija puede que no cumpla todos los requisitos para definirse como Alta Demanda pero sí algunos de ellos. Soy mamá trabajadora 24 horas al día sin ayuda. Mi límite de paciencia ha ido aumentando en los últimos 15 meses de mi vida. Si antes tenía paciencia, ahora tengo mil veces más al tenerla que ir trabajando con Ariadna y aun así, no siempre es suficiente.


Si un día te levantas con migraña, con ansiedad, enferma o simplemente baja de ánimo o triste, te das cuenta que ya no puedes hacer reposo como en tu vida anterior que ahora parece ya tan lejana y a su vez, debes acarrear más responsabilidades de las que jamás hubieras imaginado. Si tienes un familiar/amigo que te pueda ayudar en esos momentos sería estupendo pero... ¿y si no? Sacas fuerzas de donde no las hay.

Con esto no quiero transmitir negación aunque lo parezca, sino que una vez más, intento defender nuestra postura y la de nuestros hijos aunque sean sumamente demandantes... Ellos no tienen la culpa de ser así, cada uno es como es y no por eso debemos juzgar a los papás de ser los responsables ni a los niños por ser como son. Debemos informarnos de cada caso que nos atañe y rodearnos de papás y mamás en la misma situación para darnos apoyo, fuerza y conciencia y así poder sobrellevar estas situaciones de la manera más respetuosa para todos. Del mismo modo que cuando entran en la etapa de desarrollar su personalidad queriendo dar nombre a lo que sienten y las rabietas son un detonante significativo en su día a día.

La maternidad/paternidad no es fácil, eso lo sabemos todos. Por eso debemos ser más respetuosos entre nosotros y darnos un apoyo constante siempre en pro de defender a nuestros pequeños y de buscar soluciones para mejorar día a día la situación de cada uno porque las cachetadas, los gritos y los castigos no cambiarán la forma de ser de nuestros hijos sino que la empeorarán.


Dicho esto, sepamos decir basta cuando no podamos más. Sepamos pedir ayuda cuando la necesitemos sin sentirnos malas madres o malos padres por ello. Sepamos ver más allá de lo estipulado socialmente y priorizar lo que es importante para nuestros hijos y para nosotros.

Querernos tal y como somos sin miedo a reconocer nuestros errores, será lo que nos impulse a ser mejores personas y padres para nuestros hijos.

Sara Ribot.


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